Lección del día
Ayer me pasó algo poco común, mas o menos a las 11 de la mañana unos compañeros de la oficina y yo nos dirigíamos hacia el campus, al área administrativa para hacer un papeleo de rutina. Por X yY cosas nos retrasamos un poco, al cruzar la calle de la nada apareció una chava joven, con dificultad para caminar dando pequeños pasos apoyada y al mismo tiempo empujando su silla de ruedas, gira hacia nosotros y nos pide que por favor la ayudemos a cruzar la calle y llegar a una dirección. Acto seguido (con palabras algo balbuceadas y entrecortadas) nos dice: "Disfruten mucho su vida muchachos, luchen por ser mejores y aprovechen lo que tienen, yo lo hago cada día y nadie me para" No pude mas que agachar la cabeza y tratar de ocultar mis ojos vidriosos, en el trayecto de unas cuadras, pudimos comprobar como las calles no están bien diseñadas para la gente con necesidades especiales, las rampas de sillas de ruedas son muy angostas y eso si tuvimos suerte de encontrar una, porque nos topamos con banquetas que no contaban con rampas y hacían muy difícil el camino.
Al llegar al lugar a donde iba por una prenda ortopédica o algo así... Los guardias la saludaron amablemente:
-Hola Rosita!!
Ella contesto entusiasta con una gran sonrisa.
Al despedirse nos dio las gracias por llevarla y nos pidió que le diéramos un abrazo, que sentía la necesidad de un abrazo y que cerca de su casa se lo pidió a unos chiquillos y estos huyeron con cara de susto y desprecio. Sin dudarlo la abracé, yo misma me he sentido con esa necesidad muchas veces. Tuvo que subir una escalera para llegar al lugar a donde iba, pero eso no la paro, poco a poco, paso a paso lo logró.
Y desde la puerta nos dice, "Recuerden muchachos, cada mañana al levantarse báñense con aceite... Que todo se les resbale! Que no les importe si alguien los ve mal o les dice algo, báñense con aceite"
Me causó mucha gracia aquel sabio consejo. Se que no fue una coincidencia que la encontráramos, la ayudamos y nos ayudó con sus palabras a valorar todo lo que tenemos, el poder caminar, el poder hablar, todas las bendiciones que recibimos a diario.
Tremenda lección!
Al llegar al lugar a donde iba por una prenda ortopédica o algo así... Los guardias la saludaron amablemente:
-Hola Rosita!!
Ella contesto entusiasta con una gran sonrisa.
Al despedirse nos dio las gracias por llevarla y nos pidió que le diéramos un abrazo, que sentía la necesidad de un abrazo y que cerca de su casa se lo pidió a unos chiquillos y estos huyeron con cara de susto y desprecio. Sin dudarlo la abracé, yo misma me he sentido con esa necesidad muchas veces. Tuvo que subir una escalera para llegar al lugar a donde iba, pero eso no la paro, poco a poco, paso a paso lo logró.
Y desde la puerta nos dice, "Recuerden muchachos, cada mañana al levantarse báñense con aceite... Que todo se les resbale! Que no les importe si alguien los ve mal o les dice algo, báñense con aceite"
Me causó mucha gracia aquel sabio consejo. Se que no fue una coincidencia que la encontráramos, la ayudamos y nos ayudó con sus palabras a valorar todo lo que tenemos, el poder caminar, el poder hablar, todas las bendiciones que recibimos a diario.
Tremenda lección!
7 Comentarios...
Un baño de Aceite... Que buen consejo!!!
cierto, buen consejo el de la viejita!! y entre mas viejos somos, mas bueno se vuelve el consejo!
Cada día se aprende algo nuevo..
hoy aprendí a no dejar mi backpack abierta mientras leo en el camión jejeje... por ke salen volando las cosas!!!
*
Vaya que aun hay angeles entre nosotros y que hermosa leccion. Saludos
El maestro puede usar cualquier disfraz para darnos la oportunidad de hacer algo por el.... que chido.
"por cuanto a uno de estos mi pequeños lo hiciste, a mi lo hiciste"...
llorar es lo unico ke me keda...
Saludos desde la locura
Sin palabras, gran lección y gran consejo.
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